Nuestro modelo disruptivo es precisamente la respuesta a esa barrera. Mientras que el costo para el usuario final en la ISS es históricamente de alrededor de $100,000 por kilogramo, nuestro modelo de inversión compartida nos permite ofrecer el mismo kilogramo en un entorno certificado por aproximadamente $35,000 a $45,000, dependiendo de la duración de la misión. No vendemos misiones; vendemos un Servicio Orbital Compartido. Esto es el equivalente a pasar de poseer una supercomputadora a alquilar tiempo en la nube: mismo poder, costo fraccionado y democratizado.